¡El valor de la audición musical activa!
Escuchar no resulta tan fácil como parece.
Escuchar música puede consistir en una actividad meramente lúdica o podemos dar al oyente unos materiales y claves para que entienda lo que está escuchando.
Para hablar de la audición o escucha musical activa vamos a establecer unos aspectos básicos para poder entenderla en su totalidad. Primeramente, se denomina escucha o audición musical activa porque es un proceso que “implica la participación activa del oyente” (Wuytack y Boal-Palheiros, 1995) además de ser un proceso con numerosas actividades asociadas a él. También, es esencial observar y comprender la diferencia entre dos términos estrechamente relacionados con la audición musical activa y la diferenciación de los cuales es necesaria para el entendimiento de dicha práctica educativa.
- Oír: Percibir con el oído los sonidos.
- Escuchar: Prestar atención a lo que se oye.
Sin olvidar que la música es expresión y comunicación, cuanto mayor sea el desarrollo auditivo de una persona, mejores serán sus habilidades comunicativas y receptivas. Todo ello se consigue siempre que la audición se trabaje de forma activa, en la que el alumno vivencie y protagonice, de diversas formas, cada una de las audiciones.
Hasta ahora, la escucha en el aula se ha visto solo como receptiva, pero con la introducción de la nueva pedagogía musical se ha confirmado la importancia de la audición musical activa, entendiendo actividad no solo como movimiento, sino también como actividad cognitiva y emocional. Solo entonces. la música que escuchamos puede integrarse significativamente en la memoria de los niños.
Los docentes de música trabajan siempre la audición, a través de todas las actividades: cuando cantan, cuando realizan interpretaciones instrumentales, cuando bailan o se expresan a través del movimiento y en la enseñanza del lenguaje musical. Por tanto, podemos afirmar que toda experiencia musical tiene incorporada la audición. Por ello, cuando se plantean actividades sobre audición musical, no solamente deben centrarse en trabajar el análisis formal de la obra, sino que se debe plantear la audición de tal modo que además de conocer los elementos que la forman y su disposición en la obra, el alumno sea capaz de conseguir apreciar y experimentar su escucha como algo placentero.
A continuación, plasmaremos algunas actividades que se pueden llevar a cabo en el día a día del aula con el alumnado para trabajar la audición:
- Expresión músico-corporal: consiste en acompañar la audición con movimientos y gestos corporales.
- Narración musical: consiste en inventar una historia sobre una música determinada.
- Dramatización musical: consiste en realizar una dramatización a partir de una obra musical.
- Ilustración musical: consiste en ilustrar con diferentes dibujos un fragmento musical.
- Canción audición: consiste en crear para un fragmento concreto de la audición, una canción.
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